Toca hacer una nueva mudanza para este blog personal, Las islas sin nombre, y, aunque debe ser el cuarto por lo menos, en esta ocasión es bastante drástico. Arrancó hace casi 15 años ya, en unas condiciones bien distintas, cuando el papel que luego iban a jugar las Redes Sociales no se intuía. Entonces, los blogs eran la gran ventana con la que muchos contábamos para hacer muestra de nuestra producción, ideas, reflexiones. Sin embargo, yo quise entonces que fuera sobre todo personal y no un simple escaparate; no quería un mero artificio que sirviera de gancho para vender mis libros.

En cuanto a esa orientación, Las islas sin nombre no ha cambiado en absoluto. Sigue siendo y será sobre todo un blog personal, lo que no quita para que, de forma progresiva, hayan ido sumándose en él nuevos intereses. Otros, en cambio han decaído, dado que las Redes Sociales han sustituido a los blogs en algunas funciones de altavoz de reflexiones. Es más, dado que las Redes Sociales requieren tiempo, y que son mucho más coloquiales —en el sentido de que es más fácil lanzar por ellas ideas inmediatas— muchos blogs han caído en cierto abandono.

Reconozco que eso le ha ocurrido al mío, pese a expresar de forma periódica mi intención de alimentarlo con cierta periodicidad. Vamos a ver si en esta ocasión lo consigo. Decía que la mudanza es drástica, y lo es. Porque, ahora, tras 15 años, Las islas sin nombre dejan de ser algo independiente para integrarse en mi web. Y, aunque le mantengo el nombre, como página es simplemente www.leonarsenal.com/blog . El antiguo subdominio redirigirá a esta dirección.

En el momento de escribir esto, estoy en plena mudanza, literalmente. El traslado ha supuesto la pérdida de muchas fotos. Así que iré arreglando el desaguisado poco a poco. Y, bueno, eso me servirá para retomar la costumbre de dedicar algo de tiempo al blog. También de revisitar viejas entradas. Ya bien dicen que no hay mal que por bien no venga.