Ya he comentado repetidas veces y en distintos lugares que Bandera negra es una novela especial. No es que la tenga a más que al resto, porque cada obra es distinta y, como a los hijos —los que los tienen— uno las quiere a todas, a cada una a su manera. Pero Bandera negra es diferente a todo lo que había producido y lo es de manera deliberada. Porque quise que fuera el compendio de todo lo que he aprendido a lo largo de más de quince años de escribir novelas históricas.
No las tenía yo todas conmigo sobre cómo se recibiría una novela así. Pero la verdad es que en general no solo ha gustado, sino que hay quienes consideran que Bandera negra es mi mejor novela histórica. Ahí no voy a entrar, desde luego, por las razones antes dichas, porque uno quiere a todas sus obras. Y, de nuevo como con los hijos, cada una tiene una suerte bien distinta, fruto de factores incontrolables.
Casi dos años después de su edición, Bandera negra sigue dando vueltas y guerra. En esta ocasión y al respecto, os ofrezco en el blog la entrevista de una hora que me hicieron sobre la novela. El quid de esta entrevista en concreto, en el programa Las aventuras de la espada, de Radioya.es, es que va más allá la historia que se narra. Durante una hora discutimos sobre su génesis, su estructura, las intrahistorias de la historia que se cuenta, el formato y las claves no perceptibles a una primera lectura…
No me alargaré ni destriparé la entrevista. Aquí os dejo el podcast por si queréis escucharlo y solo añadiré que para mí fue muy estimulante la conversación sobre Bandera negra. ¿Por qué? Porque a veces, hasta que no lo expresas, ni tú mismo eres consciente de algunas de esas claves que manejaste en una novela y de la importancia que acaban teniendo en el resultado final. Curioso, ¿eh? Pero así funcionan las cosas con los libros. O supongo que más bien con todas las artes y la creación.
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