Esta vez el quinteto de preguntas no es para ninguna obra literaria, aunque su protagonista, Pedro Avilés, es escritor, como también fue periodista y ahora es chef. Pero de lo que trata esta entrada, y por tanto las preguntas, es a su modo también creación. Estamos hablando de una forma muy original de levantar un restaurante en Madrid y, como todo el mundo sabe o debiera saber, las industrias culturales son parte esencial de la Cultura… a no ser que seas de los que consideran que la gastronomía no es cultura, en cuyo caso tendrás que cambiar tu percepción de lo que es la cultura en general y la creación en particular.
Y vamos con el quinteto.
Por qué
Fui periodista desde casi los 20 años hasta los 53. Soy testigo de cómo empezó a morir el periodismo, una profesión de la que estaba completamente enamorado y, como la muerte de una amante a la que querías con toda tu alma aquello me afectó, aún me sigue afectando, mucho. Pero yo en mi vida, de momento, no he hecho nada que no quisiese hacer. Vamos, que siempre he hecho lo que me ha gustado. Y tuve la suerte de que me gustase la cocina y cocinar. El primer síntoma que tuvo el Periodismo de su enfermedad mortal fue que los sueldos empezaron a bajar de forma escandalosa.
De modo que como me gusta ganarme bien la vida, lo primero que plantee antes de enterrar definitivamente a mi amada, el Periodismo, es montar un negocio de restauración. Pero como soy un chico muy formal, antes de meterme en semejante aventura, que no tiene nada que ver con blogs culinarios ni con preparar platos en casa muy bonitos, decidí prepararme, pero no matriculándome en uno de esos cursos de cocina de dos semanas que te valen una pasta y no te enseñan más que a freír un huevo, a cocer un arroz Pilaf, o a enrollar sushis para impresionar a los amigos los fines de semana, sino que decidí matricularme en un curso de la Formación Profesional de grado superior.
Y ahí, por 2012 teníamos el Técnico Superior en Restauración, dos años de aprendizaje sobre la cocina profesional, sobre la gestión de establecimientos de restauración, y sobre el servicio y la gestión en sala. En la actualidad han cambiado el nombre de ese curso por el de Técnico Superior en Dirección de Cocina, que queda más acorde a lo que hice, que es titularme como Jefe de Cocina. Si lo queréis llamar chef, pues bien, que parece que así la cosa tiene más glamur Un engaño total porque la cocina profesional no tiene nada del glamur que no es más que un falseamientode la realidad que hacen las modas actuales. La cocina es trabajo duro y oficio, mucho oficio. El arte es otra cosa.
Para quién y para qué
Después le dije a mi mujer; ¿qué tal si nos vamos a una isla griega y montamos un restaurante?
Así que nos fuimos a la isla de Naxos y monté allí Anda Jaleo, un restaurante de gastro española. Allí hemos estado 7 años. Al final decidimos vender el negocio, que funcionaba muy bien, pero que sólo funcionaba, como todos los negocios de un sitio turístico de temporada, seis meses al año durante los cuales no tienes ni un día libre.
Como decía más arriba, porque quería ganarme la vida holgadamente y el Periodismo ya no ofrecía más que explotación y falta de rigor. Es decir para y por nosotros, por salud mental y por salud pecuniaria.
Y dicho y hecho. Nos mudamos a Naxos desde Madrid. Montamos el restaurante en un mes en un país del que desconocíamos la lengua y sus forma absolutamente, salvo recordar el alfabeto del griego clásico que había estudiado en mi bachillerato. En un mes estaba abierto Anda Jaleo. La experiencia fue muy enriquecedora, como se puede imaginar. Muy dura también. El restaurante, bien gestionado, sacaba sus buenos beneficios, pero había un problema que es extensivo al 90% de los negocios que se inician en un lugar turístico y de temporada: que tan sólo podíamos abrir seis meses al año, lo que nos daba para vivir once meses y sin poder ahorrar nada de dinero.
Así que decidimos vender el negocio y volvernos a Madrid a abrir otro negocio de restauración que pudiésemos tener abierto todo el año, en el que pudiésemos fidelizar a nuestros trabajadores, y en el que tuviésemos día y medio, dos días de descanso semanal y unas vacaciones de 30 días todos los años para viajar, o para quedarnos en casa mirando al techo, que aburrirse es un lujo que no todo el mundo se puede permitir.
Aquí debo añadir que la venta de nuestro negocio se vio entorpecida por el propietario del edificio en que teníamos abierto el restaurante y por el fulano que se mostró interesado en comprarlo. Utilizando una treta legal derivada de la firma del contrato original, (ahí yo metí la pata), pactaron entre ellos y nos estafaron casi los 100.000 € con los que habíamos pensado venirnos a iniciar de nuevo nuestra vida en España. El asunto está aún en manos de la Justicia griega.
Dónde
El tener que volver de Grecia, prácticamente con una mano delante y otra detrás, más aún cuando que la estafa a que nos sometieron se produjo poco antes de que comenzase la temporada 2018, es decir cuando teníamos la cuenta bancaria prácticamente vacía, fue un momento realmente duro en nuestras vidas. Pero nunca me arredré ante un problema de semejante calado. Así que, sin descartar otras posibilidades de financiación, decidí iniciar una campaña de Crowdfinding que ahora está en marcha para intentar conseguir los 45.000 € iniciales que tengo presupuestados para montar mi nuevo restaurante, en este caso de gastro con sabores del Egeo, en un local del Madrid de los Austrias que ya tengo visto.
El restaurante se llamará Portokalí, que es una palabra griega fácil de pronunciar para nosotros y significan naranja, que induce a pensar en el frescor y el sabor de nuestra cocina mediterránea. Cuando pueda abrir el restaurante, otra cosa que me hace feliz es que podré dar trabajo fijo, así, en principio, a entre cuatro y cinco personas.
Esta campaña de Crowdfinding la he iniciado en una web muy clásica del crowdfinding que se llama Kickstarter.com. Nuestro proyecto está en aquí
Cuándo
Si tenemos suerte con este proyecto de crowdfinding, para primeros de agosto de este año 2019, Portokalí Restaurante podría estar abierto al público. Y como he dicho más arriba, aparte de la ilusión que eso me hace, también me la hace porque dar trabajo a entre cuatro o cinco personas, así, al arrancar.
Increíble proyecto ! Tenemos que ayudar a que se haga realidad !