Busca la compañera que te ofrende su ofrenda
y a quien dedicar puedas la esencia de tu vida,
porque en días futuros no hallarás quien te entienda,
ni quien calme tu fiebre ni quien cure tu herida.
Deja que el corazón te demarque el camino;
sé confiado y ten calma, que en la hora oportuna
él te dará, perfecta, la ley de tu destino
y la clave alfabética de la buena fortuna.
Busca el alma gemela, porque una noche fría
e interminable, duerme tras el fulgor del día.
Y entre el tiempo que espera y el tiempo que ejecuta
es humano tener la eternidad, hermano,
que persuasivamente interponga su mano
y nos quiebre en la nuestra la copa de cicuta.
Martínez Estrada (gracias a una amiga)
En un mundo en el que la rima libre es cada día más habitual es una gozada que todavía hay quien escriba sonetos aunque no sea clásico, clásico.
Y bonito tema, además.
Saludos.
Es un poema maravilloso.
La primera estrofa me recuerda algo que solía decirme el gran Luis Soto.
– Permití un pequeño homenaje en un mundo que vive en gris, al día.-
Ojalá todos nos permitiéramos la paciencia y lográramos la sabiduría para encontrar y conservar el amor que nos entienda.