Soy consciente de que el nombre Historia para cafres resulta chocante. Eso, en el caso de un programa de podcasts es bueno y en parte buscado, por supuesto. Los nombres de los programas, lo mismo que las portadas de los libros o los carteles de cine, buscan llamar la atención de su público objetivo. Si no consiguen ese objetivo, es muy posible que pasen por delante de los ojos —en este caso de los oídos— de sus posibles destinatarios y estos no lleguen a percatarse de su existencia.
Pero, aparte de eso, hay más razones para el cambio de nombre del programa. Lo explico en un podcast muy cortito y, en esencia, me sirve para señalar el revivir del programa luego de un largo letargo, debido a un exceso de ocupaciones. Y también porque, en el intervalo, mis intereses han variado un poco. Historia para cafres es tan solo una evolución del antiguo Reflejos de la historia. No es una sustitución, en absoluto. Por eso ahí quedan los antiguos podcasts con su viejo nombre, ya que he decidido no manipularlos.
Esta vez intentaré que el programa sea semanal y que haga honor a su nombre, sin desviarse ni decaer. En esencia, pretendo contar episodios históricos, así como mostrar aspectos o elementos de la historia que mucha gente jamás se ha planteado. Nunca está de más repetir que la historia se debe a multitud de factores y que no se puede reducir a una serie de nombres propios, fechas de batallas y sucesos conspicuos.
Por eso, para el revivir del programa he querido elegir un episodio de lo más curioso. Las aventuras y desventuras en España de lo que podríamos llamar la primera Legión extranjera francesa, que fue enviada a combatir del lado liberal durante la I Guerra Carlista. Creo que mejor comienzo no podía haber buscado. Podéis escucharlo pinchando en reproducir.
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