Cuando uno interioriza, medita, explora su propio interior, descubre gran número de cosas insospechadas o incluso olvidadas. Cuando uno teclea su propio nombre en google, puede ocurrir que se encuentre con lo que ni de lejos sospechaba.
Eso me ocurrió a mí anoche. Tengo la costumbre de buscarme cada x tiempo en Google para leer comentarios, críticas, también para detectar sitios piratas donde puedan estar colgando mi obra. Pero ni en sueños podría haber sospechado que algún sujeto pudiera colgar todo el audiolibro de mi novela Máscaras de matar.
Sí, como lo leen. La novela entera, dividida en archivos sonoros, colgada en una página de podcast de lo más respetable que sin duda ignora que ese material vulnera la ley de la Propiedad Intelectual. Pueden comprobarlo pinchando AQUI.
Supongo que el friki de turno no se habrá dedicado a locutar él toda la novela. Si así fuese sería un salto cualitativo en la piratería. Ya no sería digitalizar un libro. Y entonces lo mismo me encuentro un día con toda una superproducción pirata de La boca del Nilo, rodada en escenarios naturales y sin mi permiso.
Desde luego, si un tipo se ha molestado en locutar todo un libro mío para colgarlo pirata es para, por lo menos, invitarle a comer (de menú, eso sí) antes de denunciarle o partirle la cara, según me pille el día.
Pero no. La locución es de calidad profesional, así que supongo que lo que han hecho es piratear el audiolibro generado por la ONCE para sus afiliados. Como esos audiolibros son de consumo interno, una de dos: o algún miembro de la ONCE ha abusado de las condiciones de uso y le pasó copia a un amiguete, y este lo colgó, o el pirata es directamente miembro de la ONCE.
Digo abuso porque para generar esos audiolibros la ONCE recurre a uno de los límites contemplados en la ley de la Propiedad Intelectual, que así se lo permite. Pueden tomar un libro y, sin negociar con autor o editor, pasarlo a formatos necesarios para sus afiliados, como el braille y los archivos sonoros. Vaya por delante que ese límite a la LPI me parece muy bien. No se puede privar a un segmento de la población del acceso a material cultural del que dispone el resto solo por diferencias comerciales.
Lo que ya no me parece tan bien es la nula educación que muestra la ONCE en este tema. Porque pilla los libros que quiere y no avisa a los autores de ello. Y sin embargo somos los que los parimos. Aunque peor es que desde ahí saliera el intento de cambiar la ley para, encima, poder vender esos audiolibros o libros en braille en Latinoamérica.
Alegaban que el proceso les genera unos costes y que así amortizarían. Pues miren, no. Ya lo que faltaba. ¿Es que a los autores y editores no nos genera costes? Una cosa es que pretendieran, ya que está hecho el libro, extender sus beneficios a ciegos de países de habla hispana, algunos de ellos con muy pocos recursos. Y otra cosa es pretender cobrar por el trabajo ajeno, o sea, de gente como yo.
Era una digresión, pero que viene muy al caso. Pero está claro que, al menos aquí, la generosidad y la solidaridad siempre han de ser armadas, porque si no te toman por primo y te tratan como tal. Bueno, pues el caso es que por ahí anda el audio. A mí, en lo comercial, no me perjudica en absoluto, por las razones antes indicadas. Pero lo mismo que el beneficio no siempre es económico, cosa que tiende a olvidar la ley a menudo, también a veces hay otros perjuicios que no tienen tanto que ver con el dinero.
Además, todos debemos poner nuestro granito de arena en ciertos temas. Parte del problema de la piratería la tiene la dejadez de autores, que somos los titulares de los derechos, y aún más las editoriales, que tienen los derechos de explotación de las obras y que debieran actuar de forma más eficaz y coordinada. No es el caso, insisto. Aquí –tampoco digamos culpable- es la ONCE, que imagino que en caso de saberlo tampoco movería un dedo.
Así que, aunque como he dicho, no me perjudica o incluso si o pienso bien, una difusión así me beneficia, tendré que dar los pasos precisos para al menos intentar que eso se retire. Porque en el cómputo global salimos al final todos perdiendo.
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