La gente se lía mucho. Un seudónimo es un nombre falso que suele usarse para ocultar una identidad. En artes, sobre todo en la escritura, se emplea en aquellos casos en que el autor escribe una obra que piensa que podría dañarle en su vida personal o social. Libros escabrosos se han escrito así. También se emplea para protegerse de represalias profesionales o condenas sociales. Y, desde luego, en nuestros días, hay algún personaje siniestro que lo utiliza para escribir artículos de prensa online sin dar la cara (cosa que a mi juicio debía estar prohibido: a nadie se le ocurre que alguien vaya a una tertulia televisiva encapuchado y se ponga a insultar y a denigrar a diestro y siniestro, por ejemplo).
Vamos, que el seudónimo, por razones comprensibles unas veces e ilegítimas otras es una pantalla, una máscara tras la que se oculta el autor de un artículo o una obra.
El heterónimo es un nombre distinto que usa de manera abierta una misma persona. Se emplea para deslindar entre la esfera pública y la personal, porque suena mejor o incluso por capricho. Hay una gran diferencia entre un nombre falso (seudónimo), que enmascara la identidad real de quien lo usa, y un nombre diferente (heterónimo) que usa alguien de manera abierta sin ocultar su identidad.
El que esto escribe emplea un heterónimo, León Arsenal, y no es ningún secreto justo porque es un heterónimo. Por eso me resulta pintoresca la manía de algunos de andar aireando junto con el heterónimo mi nombre legal. Es como decir que, aunque visto traje en actos formales por casa ando en chanclas. Es innecesario y a veces pueril. Como si yo fuera el primero al que se le ocurrió usar heterónimo. Pero en fin.
Ocurre que la gente usa seudónimo para todo, lo cual tampoco es tan grave porque las palabras cambian de significado y a veces adquieren un sentido amplio aparte del estricto. Lo chusco es que no entiendan la diferencia. Y que encima hagan la gracia de violentar la privacidad para la cual se inventaron los heterónimos. Privacidad no de ocultación, pero sí de uso de nombre en público.
Aquí se registra el seudónimo, no el heteronimo.
Oficialmente lo llamará así. Aquí en España no se reconoce ni uno ni otro, tú puedes registrar un nombre artístico y usarlo como marca comercial.