El padre de un amigo fue militante del PSOE en los tiempos duros. Aún lo es, y quizá sean tiempos duros también para los que creen en ciertas ideas. Pero aquellos tiempos duros a los que me refiero eran los de Franco. Este hombre podría contar muchas cosas interesantes, ahora que se habla tanto de recuperar memorias históricas. Pero los que tienen ciertas cosas que contar pasan un poco del tema y, a otros, no les apetece demasiado que quede registro de ellas, así que supongo que se perderán muchas memorias.
Este hombre nos podría contar, por ejemplo, eso de que, cada vez que el PSOE trataba de coordinar acciones con el PCE, y se reunían delegados clandestinos de uno y otro partido, al poco, la policía franquista detenía a esos delegados socialistas. Una y otra vez. ¿Casualidad o seguía la vieja política de que mejor rey de un corral que compartir una gran dehesa? Supongo que investigar eso resultaría muy incómodo.
Pero no es la historia que quería contar. Este hombre, como muchos, pasó varias veces por la cárcel. Él parece no darle mucha importancia. Algo que le honra en un país donde ciertos individuos, que pasaron algunas detenciones puntuales, luego han hablado de haber estado en la cárcel del régimen franquista para legitimarse ante los que les acusaban de corruptos.
El caso es que este hombre no le temía mucho a esas estancias de horas en comisaría. Eso no era peligroso. La historia que voy a contar se refiere a que, lo que verdaderamente le daba miedo era a subir solo al tren. Subir solo al tren. Puede que uno se quede atónito al oír esa frase. Pero, por lo visto, hubo unos cuantos enemigos del régimen que, viajando en tren, se tiraron o cayeron de los vagones en marcha y acabaron bajo las ruedas. Ahí hay toda una historia… que me temo que tampoco se contará jamás.
Puff, no se porqué me he acordado de la «muerte» del padre de Benjamín García Holgado, en una cárcel franquista…
Saludos
Con la cárcel ocurre como con la universidad, nadie de los que ha pasado por allí presume de haber estado…
Y si presumen es que no la han pisado en su vida…
Realmente no sé por qué recordaste los trenes del padre de tu amigo, pero en medio de las otras grandes tormentas de este otoño me alegro de que hayas rescatado a ese viejo socialista.
Nunca sabremos cuánto arriesgaron algunos entonces, hoy ciudadanos anónimos, para que los demás olvidáramos el miedo.
Este es un cuaderno de bitácora más anímico que físico, así que puede resultar un poco caótico a aquel que le busque una seriación lógica. Sobre todo porque a eso se une la oportunidad. Es decir, necesito tener un hueco para escribir el mensaje. A veces me pasa algo por la cabeza, pero no tengo tiempo en ese momento y, pasado el rato, la oportunidad se va.
De momento pues, de otoño y de trenes. Después… ya veremos.
Eso: lo que haya de venir, vendrá.
En cuanto a mi manía de hallar los tres pies del gato, creo que es inevitable buscar una explicación lógica a cada cosa. Se me ocurrió pensar que podías estar saturado con las lamentables broncas políticas de las últimas semanas o que, quizá, también a ti te provocaban desazón los trenes.
El tema no es haber estado en la cárcel, sino la dignidad del comportamiento.
Durante el proceso argentino, muchos de la casta política de mayor nivel, fueron encarcelados en un barco. Entre ellos Menem. Sus propios compañeros, que no son ningunos santos, por cierto, confiesan que era insoportable compartir prisión con un sujeto tan rastrero, cobarde, que lloriqueaba a sus captores y soplaba cada movimiento que sus correligionarios intentaban, buscando salvar el pellejo.
Entonces el haber estado encarcelado por una tiranía, es una prueba más de la integridad y de la consecuencia de ciertos hombres y, no un blasón que da la permanencia.
Solo una pequeña puntualización. Esa persona (mi papi) en aquella época era socialista, pero no estaba en el PSOE sino en otro grupo de los muchos que se formaron a finales de los años 60. Ingresó en el PSOE posteriormente.
¡Córcholis! Pues espero que ya se pueda montar tranquilo en los trenes.
En cuanto a lo que señalaba Hipolitta de Menem, hay que ver hasta dónde llegan los acusicas y traidores en todas partes. No tienen freno.
Saludos desde la España pasada por agua.
Me ha traído aquí, tu amigo Pedro Luis.
Y ha vuelto a ser un placer.
Los que tenemos una bitácora, ni idea de por qué estamos en ello. Yo creo que porque es nuestro espacio para decir lo que nos da la gana, en el momento que queremos y sin orden ni concierto.
Vivimos demasiado sólos. SE acabaron las tertulias. No hay tiempo, entre familia y trabajo.
Compartir, chillar, reír… llorar, sin orden. Sin explicación.
Y aún así, nos autocensuramos.
León,
si querés pasar por mi blog, estamos juntamos firmas.
Siete mujeres iraníes esperan que se cumpla la sentencia, por la cual serán lapidadas, por el delito de adulterio.
Las campañas de Amnesty ya han salvado otras vidas en Nigeria.
Esperamos salvar a estar de un destino brutal.
Simplemente hay que firmar..
Agrego el link, por si a tus lectores les interesa.
http://www.es.amnesty.org/especial/lapidacion-iran/firma2.php
Muchas gracias