Ayer proyectaron en La aventura del saber, en TV2, mi colaboración sobre Criptojudíos y Criptomusulmanes. Y ese un tema de lo más interesante y no solo desde un punto de vista histórico. Porque, verán: la cuestión de la expulsión de los judíos y luego la represión de los conversos en falso explica en parte la evolución social de España. Y otro tanto podemos decir de la catastrófica expulsión de los moriscos a comienzos del siglo XVII.
Falsos cristianos…
Aunque ambas fueron expulsiones se ejecutaron sobre minorías religiosas, fueron por motivos bien distintos y en circunstancias muy diferentes. Mi intervención en La aventura del saber fue a partir del libro Una historia de las sociedades secretas. En concreto, ahí, quien abordó el tema en su capítulo fue Fernando Prado y a él debo mi interés por la cuestión. No tiene sentido repetir aquí lo dicho en el Taller de Historia de La aventura del saber, así que os comento algún dato adicional.
La expulsión de los judíos fue, con toda seguridad, un largo proceso de cambio de óptica política en Europa Occidental. Por supuesto a eso hemos de unir otros factores como el fanatismo de no pocos. Pero un elemento fundamental fue que la transición de la Edad Media a la Moderna supuso el fin de las sociedades multisociales, si se me permite el palabro. Porque los judíos (y los mudéjares en el caso español) no solo practicaban otra religión, sino que tenían distintas costumbres, fiestas y atuendos, y vivían aparte.
A lo largo del siglo XV, se fue produciendo la paulatina expulsión de judíos de distintos estados europeos de la época que fue liquidando ese tipo de sociedades. Muchos de esos expulsados recalarían en la Península Ibérica, de donde serían exiliados a su vez en 1492 (España) y 1497 (Portugal). Y como se les dio a elegir entre conversión o marcha, no faltaron los que se convirtieron en falso, como explico en el programa.
De ahí, poco a poco, fue naciendo la paranoia de los falsos conversos, que fue infectando de forma paulatina a la sociedad española, que dio poder a la Inquisición, y que creó una cultura de la sospecha, la apariencia pública y la delación que quizá no nos ha abandonado del todo.
… y enemigos escondidos
Esos fueron los moriscos, un caso muy distinto al de los hebreos. Obligados a convertirse al cristianismo, era sabido que muchos conservaban su fe, si bien es cierto que cada vez más decadente y rudimentaria, por verse obligados a practicarla en secreto. Pero el decreto de expulsión de 1609 no obedeció a eso sino al temor a que esos moriscos, que eran centenares de miles y en muchos casos en posesión de armas, pudieran levantarse en caso de invasión turca. Invasión que era posible y que se sopesó, a tenor de cartas interceptadas a agentes otomanos.
El resultado fue ese decreto de 1609, que arrancó de su suelo a unos 300.000 moriscos y sus consecuencias fueron tremendas. Valencia y Aragón perdieron una parte significativa de su población y, por sectores económicos, las consecuencias en ciertos lugares para la agricultura fueron tremendas. Desaparecieron también muchos artesanos y obreros especializados, con lo que todo el sistema productivo se resintió. Y para los expulsados la cosa no acabó ahí, pues muchos sufrieron robos o fueron asesinados al trasladares al norte de África, donde no fueron bien recibidos. Excepciones fueron los hornacheros, tal como cuento en Enemigos del imperio, que cruzaron en bloque y llegaron a hacerse los amos de Salé y crear una república pirata independiente…
Las aventuras de todos aquellos desposeídos fueron muchas, pero son para narrar en otro lado, porque no era aquí la intención, sino simplemente abrir boca para el video o dar un poco más de contexto al mismo. Y creo que, como casi siempre, me he alargado. Así que ya seguiremos.
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