Cuando hace unos veinte días lanzamos la propuesta del Día de la Romanidad, los promotores teníamos en mente tres ejes y cuatro vertientes para la celebración.
Los tres ejes eran:
- Poner en valor el patrimonio material e inmaterial relacionado con lo romano.
- Festejar y trabajar los vínculos comunes entre gentes de Europa, Oriente Próximo y norte de África, que tienen un sustrato común.
- Abrir ventanas de oportunidad para hacer negocios en un país que, siendo rico, tiene a parte de su población en serios apuros económicos. Hablar de Romanidad es decir vino, aceite, olivas, cereal, naranjas, urbanismo, obras públicas… Porque tenemos gran diversidad de productos materiales e inmateriales que pueden moverse, exponerse, dinamizarse al socaire del Día de la Romanidad.
En cuanto a las cuatro vertientes, esas son la cultural, la social, la económica y la lúdica. Se explican ellas mismas en función del acto que se organice.
Ahora, tras arrancar el proyecto, habiendo ya en marcha actos en casi una treintena de localidades españolas, proyectos —para este año o el que viene, seamos conscientes de que hay muy poco tiempo— en media docena de países de la Romanidad y habiéndose unido varios ayuntamientos, instituciones y ya incluso una universidad, me voy a permitir algunas reflexiones.
La primera es que hemos de aceptar que el proyecto, tal como estaba concebido, puede ir variando —esperemos que más bien ampliándose—. Algo lógico, habida cuenta de que cuando lanzas un proyecto deja de ser tuyo, se suman personas, lo hacen suyo, lo impulsan, aportan y lo enriquecen.
También que, en esta primera edición, lo que más peso tiene es, de lejos, el segundo de los ejes: el de puesta en valor del patrimonio. No podía ser de otra forma, ya que muchos de los que han recogido con entusiasmo la idea y se han puesto manos a la obra son profesionales y especialistas de ese sector.
El primero de los ejes, el relacionado con los vínculos comunes entre gentes de tres continentes, va a llevar su tiempo. Todo lo internacional tiene su ritmo e involucrar a ciertos niveles requiere su trabajo. A cambio, hemos constatado interés por el Día de la Romanidad en América. Debimos haber pensado en ello; al fin y al cabo, existe una línea de continuidad entre la Romanidad y mucho de lo que en esos países hay. El derecho es un ejemplo bien claro.
En lo que toca a abrir ventana de oportunidades, pese al poco tiempo ya algunos las han encontrado. Sin ir más lejos, diversas librerías montarán ese día actos y escaparates relacionados con libros de ficción y ensayo sobre Roma. Las librerías Argot de Castellón, Cisne Negro de San Lorenzo del Escorial, Gaia de Valencia y París de Zaragoza han sido pioneras, aunque ya otras se lo están planteando.
En fin, que esto iba a ser una piedra de toque, un arranque para ya lanzarse en serio a celebración del 2019 y la respuesta nos ha dejado a nosotros también asombrados. Si así empezamos… ¿qué no lograremos en sucesivas ediciones? Y les digo algo más, que les dije el otro día a unos amigos: si ayudamos a la cultura, a tender puentes y a que la gente haga legítimo negocio, y encima nos divertimos como macacos… ¿qué más podemos pedir?
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