Entre flores, una taza de vino
Bebo solo. Ningún amigo está cerca.
Alzo mi copa, invito a la Luna
Y a mi sombra, y somos tres.
Pero la Luna no sabe de bebida
Y mi Sombra solo me imita.
Aun así, Luna y Sombra serán mi compañía.
La primavera es época de goce.
Canto y la Luna me acompaña.
Bailo y mi Sombra se estrecha a mí.
Cuando estoy sobrio, nos alegramos juntos.
Cuando bebo, cada uno se va por su lado.
Juramos encontrarnos en el Río de Plata de los Cielos.
Me encanto esa parte del solitario que invita a beber a la luna y junto con la sombra cae en la cuenta que ya son tres los invitados al convite.
¿Querran en el cielo un Rio Parana que tajea America como un cuchillo de agua, para desembocar en ese Rio de la Plata ancho, lleno de bancos de arena, cargado como changarin de sedimentos, poco amigo de barcos y de animo lento?
Solo una pregunta que me hago.
Saludos desde la costilla incomoda.