Me siento, a veces,
triste como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno…
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y los sauces
que, abatidos, se inclinan… Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía… Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.
Manuel Machado
¡Qué hermoso poema!
Anda, Melancolía. Hoy recalé por casualidad en tu página; cuánto tiempo sin leerte, León. Siempre recordaré aquellas charlas nocturnas con el marino mercante. Te acuerdas? No me gustaron tus Fraguas Marcianas… Tal vez en algún rinconcito de tu recuerdo se pueda encontrar aún alguna vieja conversación con Yani. Si no recuerdas, qué misterios!!!Besos.